La Búsqueda


Toda su vida había esperado este momento…

Lo había perseguido durante décadas, siguiendo las pistas de una ciudad a otra, de un país a otro, en la selva, en el mar, en picos inaccesibles…

El anciano temblaba de emoción al leer los símbolos grabados en la roca que taponaba la cueva. No había duda, lo había encontrado… no podía ser uno de los cientos de errores anteriores…

Los símbolos eran claramente runas de la cultura Ardish, y el jeroglífico que formaban debía de contener la clave para desplazar la roca. Cerro los ojos y arrastro los dedos sobre las runas visualizando cada una en su mente, no tenían sentido, no formaban un mensaje legible…

Se dejo caer frente a la roca, desolado, … estaba tan cerca, y no sabía como entrar a la cueva. Las nubes se movían ligeramente en el cielo y un rayo de luna fue iluminando fugazmente las runas, entonces se dio cuenta… eran números y formaban una clave ¿pero una clave para que?

Volvió a examinar la roca cuidadosamente, más arriba de las runas había tres hendiduras, con dificultad podía introducir un dedo en cada hendidura y descubrió que contenían un bloque que podía desplazarse hacia el exterior o hacia el interior de la puerta.

¿Serían los números la profundidad del bloque en cada hendidura? Probo a ir posicionando uno a uno los bloques conforme a la clave numérica: tres, siete, cuatro… Escucho un “click” y la roca se deslizo hacía el lateral de la ladera.

Encendió una potente linterna y entro con sumo cuidado a la cueva, tenía el tamaño suficiente para andar desahogadamente, pero no se veía el fin…

Dudo, quizás debería esperar a que el alba iluminara la mañana, y buscar al resto de integrantes del equipo de investigadores de su universidad, ellos eran jóvenes y podrían soportar sin problemas una larga exploración.

Estaba a punto de salir, decidido a esperar a que alguien más joven completara el trabajo, cuando lo escucho… Era un suave canto, sólo llegaba a él la melodía, siendo ininteligible la letra, ni siquiera era capaz de identificar el idioma que se susurraba...

Como un marino atraído por una sirena, el anciano fue avanzando por el pasillo, notando como se iba poco a poco volviendo más angosto.

Llego a un punto en el que sólo podía avanzar arrastrándose sobre sus codos, pensó en la estupidez que estaba cometiendo, pero no podía resistirse… El canto era cada vez más audible, y la emoción por una búsqueda de décadas lo embargaba…

Al fin, consiguió salir del estrecho túnel a una amplia bóveda, en la que reverberaba el canto. Seguía sin entender esas palabras de un idioma desconocido, pero sonaban altas y claras…

Entonces lo vio, en mitad de lo bóveda, estaba colocado sobre un pedestal pétreo, y la música parecía partir de él.

Avanzo con emoción hasta encontrarse frente a frente, lo miro con detenimiento, acaricio con delicadeza su lomo y sintió como el canto se estremecía, temblaba y cambiaba a una tonalidad más alegre.

Lo había encontrado, después de tantos años lo había al fin encontrado, lo abrió por la mitad y exploro sus páginas amarillentas, recorrió las palabras y cada una de las letras y sintió que el libro lo había esperado … ahora lo entendía, le hablaba, el libro le hablaba o mejor dicho le cantaba, la canción era un saludo para su descubridor…

Cerro el libro, y volvió a abrirlo por el inicio, las palabras danzaron en su mente, la luz llego a su conciencia y por fin comprendió,… cerro los ojos y cayo sin miedo hacía sus páginas mientras que la luz iluminaba su alma.




- ¿Qué le ha podido pasar? - dijo el joven con una expresión de preocupación.
- Quizás se volvió loco – afirmo el policía – lo encontramos debajo del árbol, enfrente de esta cueva sellada desde hace más de cuarenta años por un terremoto.
- Estaba completamente desnudo -continuo el policía-, inerte, y sólo llevaba este libro entre los brazos, apretándolo fuertemente como si fuera un tesoro de valor incalculable.



El joven miro con pena a su anciano profesor, tantos años buscándolo ¿se habría vuelto loco de desesperación? ¿O era ese libro que tenía el policía el que habían buscado durante tanto tiempo?

El agente le entrego el libro, y el lo cogió con nerviosismo.

Lo abrió y frunció el entrecejo al ver que ambas páginas estaban amarillentas pero vacías, paso una a una las páginas, todas vacías…

Miro al profesor y por un momento creyó ver una mueca burlona en su rostro. ¿Y si lo había encontrado? ¿Y si era este libro? Pero ¿porque estaba en blanco? ¿Habría huido a otro libro? Pensó que le quedaba una larga búsqueda...

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