La Biblioteca
Siempre le había
fascinado el silencio absoluto que reinaba en aquel lugar, cuando
traspasaba sus puertas pasaba del bullicioso exterior a un espacio en
penumbras entre las que se percibían decenas de adolescentes
sentados mirando hacía sus mesas en un estado cuasi catatónico.
Lo más sorprendete
para él, era que cuando se aproximaba a mirar lo que tenía absortos
a esos adolescentes, no encontraba una consola o una tablet sobre la
mesa, sino un simple libro, un libro en algunas ocasiones ajado y
desgastado, pero que en cada palabra escondía el placer, la fantasía,
la magía que había absorvido a cada una de las anteriores
generaciones.
En esos momentos
pensaba que el mundo aún no estaba perdido, mientras que un
adolescente leyera un libro en una biblioteca, aún había una
oportunidad de cambiarlo.
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